Un hueso en el corazón

Llegó un patita atropellado. Tenía el esternón fracturado y una astilla de hueso casi se le clava en el corazón.  Pero se quedó a centímetros. Se salvó con las justas. En la noche roncó y no me dejó dormir. Terminé pensando que ojalá se muera. Era un gordito. Dejó de roncar como a las cinco de la mañana. Se había muerto. Muerto por hueso en el corazón. 

Chéjov is The New Black

Chéjov, un señor que cuenta cuentos de la nada misma.

Leí un cuento de Chéjov. Va de una mujer que se muere de miedo y no quiere deslizarse en trineo por el monte de nieve. Su amigo insiste y la convence. Cuando bajan veloz y el viento les silba en los oídos, el hombre le dice: Te amo, Nadia; y como ella no está segura si quien dijo eso fue el viento, el ruido de la nieve o si ese hombre realmente la ama. Para quitarse la duda, insiste en hacerlo una y otra vez, entrando en un laberinto de dudas y deslices diarios, y él siempre diciendo: Te amo, Nadia y Nadia no queriendo darse cuenta, disfrutando en su confusión. La broma les duró toda la temporada de invierno. Hasta que él se va. Nadia hace su vida con otro. Y a veces, todavía, oye al viento decir que alguien la ama.